Bruno Oliveira, Nuno Amieiro, Nuno Resende y Ricardo Barreto desgranan el método del portugués en la obra 'Mourinho, ¿Por qué tantas victorias' (MCSports, 2007). Su librillo no es tradicional (volumen, picos de forma, entrenamientos de conjunto, sesiones físicas...) ni integrado (el que aúna el trabajo con balón y el físico, pero sólo para engañar a la mente). Busca la calidad del trabajo y no la cantidad. En definitiva, entrenar para jugar mejor.
1. La única estrella es el equipo. "(...) Los amigos de la descontextualización, de la separación, atribuyen las razones del éxito de Mourinho a su capacidad de liderazgo, a la forma como consigue motivar y unir al grupo, a los mind games, al estudioso minucioso de los rivales Todo es importante, pero ¡no puede verse de forma aislada! En la élite no vale con tener 'cualidades de liderazgo' y tampoco llega con tener a los mejores jugadores del mundo. Así lo destaca Mourinho: "Mi gran preocupación es el equipo, el desempeño colectivo. No sé dónde acaba lo físico y comienza lo psicológico o lo táctico. El fútbol es la globalidad, tal como el hombre. No consigo separar las cosas. La forma no es física. La forma es mucho más que eso. Lo físico es lo menos importante en la globalidad de la forma deportiva. Sin organización y talento en la exploración de un modelo de juego, las deficiencias son explícitas, pero poco tiene esto que ver con la forma física (...)".
2. El modelo de juego se trabaja desde el primer día. La clave, según Mourinho, es sentar las bases en los primeros entrenamientos: "Lo más importante es tener un modelo de juego, un conjunto de principios que proporcionen organización al equipo. Por eso, mi atención se centra ahí desde el primer día". Los autores del libro comparan la metodología del portugués con la de otros entrenadores que desaprovechan las primeras semanas de la pretemporada con palizas físicas. Por ejemplo, citan los entrenamientos que llevaba a cabo Luxemburgo cuando dirigía al Real Madrid como muestra de lo que no quiere Mourinho: "(...) La pretemporada es un periodo importante para preparar al equipo en función del modelo de juego deseado y es un periodo sin competiciones oficiales, situación que permite un tiempo de experimentación, ajustes, reajustes que son importantes en la relación entrenador-equipo y entrenador-jugadores (...)".
3. Método Rui Faria: ni gimnasios, ni circuitos, ni dar vueltas al campo. El libro revela que Mourinho no hace tests físicos ni usa cardiofrecuencímetros: "(...) Entrenamientos de conjunto, sesiones de entrenamiento dirigidas a la vertiente física, gimnasio, circuitos, balones medicinales Nada de esto cabe en la metodología del entrenamiento de Mourinho. Tanto en pretemporada como durante la temporada (...)". El gimnasio sólo es para recuperarse de las lesiones. Rui Faria es algo más que un preparador físico. Es su mano derecha. Una frase suya define su filosofía de entrenamientos: "¿Ha visto alguna vez a algún pianista correr alrededor del piano antes de empezar a tocar? En nuestra metodología tampoco damos vueltas alrededor del campo".
4. El balón, siempre obligatorio. Entrenamientos de no más de una hora y media. "(...) Balón, siempre mucho balón, poniendo en práctica lo que, pasados unos meses, sería conocido como periodización táctica. Una forma de encuadrar los ejercicios del entrenamiento con el modelo de juego del equipo (...)". La concentración es un factor entrenable para Mourinho. Por eso, los entrenamientos no superan la hora y media (como un partido): "Mis sesiones no son largas sino muy dinámicas y con un tiempo útil altísimo". Cualquier ejercicio que se propone a los jugadores tiene que hacer emerger algo que estos no controlen, no prevean: "Me gusta que mi equipo tenga el balón y sepa qué hacer con él cuando lo recuperamos".
5. Un equipo sin picos de forma. "(...) La base del rendimiento colectivo e individual es la organización del juego. No hay entrenamientos individuales ni de conjunto. Se enfocan los entrenamientos semanales en función del partido y únicamente de él. No hay un plan para estar mejor en diciembre o en mayo. No se entrena para correr, sino para jugar (...)".
6. La motivación surge en los entrenamientos, no en los partidos grandes. El paradigma de la disciplina para el portugués es el 4-4-2. Aspectos como solidaridad, espíritu de juego, motivación o rigor son detalles básicos en su idea de juego. En su segunda temporada en el Oporto, Mourinho se encontró con un problema: sus jugadores venían de ganar todo en Portugal y corrían el riesgo de motivarse únicamente para los partidos de Champions. En el libro explica que lo solucionó cambiando su habitual sistema de juego: "(...) En el 4-3-3 existe, de raíz, una ocupación perfectamente equilibrada de los espacios, no es preciso ser muy 'inteligente', no es preciso pensar mucho basta simplemente que los jugadores ocupen sus posiciones. Con el 4-4-2 es preciso pensar mucho más, porque el campo está ocupado de una forma poco racional, no hay nadie abierto La disciplina no se debe buscar en aspectos disciplinarios sin más (puntualidad, rigor). Debe buscarse un rigor táctico antes que una disciplina táctica (...)".
7. Minucioso estudio del rival, pero "nunca jugar en función de él". "(...) El cuerpo técnico de Mourinho estudia a conciencia al rival, pero nunca se juega en función de él. En contadas excepciones se podría modificar el sistema de juego, pero nunca el modelo (...)". El portugués defiende esta filosofía desde que entrenaba al Leiría: "(...) Lo más importante en un equipo es tener un determinado modelo de juego, un conjunto de principios de juego, conocerlos bien, interpretarlos bien, independientemente de que se use éste o aquel jugador. Nosotros analizamos al rival, intentamos prever cómo se puede comportar contra nosotros e intentamos posicionarnos en algunas zonas más importantes del campo en función de sus puntos fuertes y débiles. Pero estos son detalles posicionales. No interfieren con nuestros principios, ni siquiera con nuestro sistema (...)".
8. Los jugadores creativos son los primeros en defender. Mourinho tiene colgada la etiqueta de técnico defensivo, pero no es así. "(...) Para mí, defender bien es defender poco, es defender durante poco tiempo, es tener el balón el mayor tiempo posible, es estar la mayor parte del tiempo con la iniciativa del juego, no teniendo necesidad de estar en acciones defensivas (...)". Por tanto, su concepción de defensa no es colocar a los once jugadores detrás del balón (no hay cerrojazos ni similares). Defensas altos, rápidos, que no superen el medio campo y jueguen poco el balón. Rara vez los zagueros de los equipos de Mourinho pasan del medio del campo. "Bastante trabajo tienes con defender, deja a tus compañeros que ataquen". Esa frase es ley para un defensa. Los laterales se incorporan en contadas ocasiones al ataque, alternativamente, y los centrales nunca: "(...) Hay quien dice que los jugadores más creativos deben estar liberados de tareas defensivas. ¡Quien dice eso sabe poco de fútbol! Los once tienen que saber qué hacer en posesión del balón y los once jugadores tienen que saber qué hacer cuando el contrincante tiene la posesión del balón (...)".
9. Empezamos a recuperar en los partidos. "(...) Cuando la semana tiene sólo un partido, Mourinho da descanso al día siguiente de jugarlo. Desde el punto de vista fisiológico no es lo más correcto, pero sí a nivel mental: "La concentración de los jugadores puede y debe ser entrenada. Para mí, con tantos partidos por disputarse durante la temporada, la recuperación comienza en el propio encuentro. Si el equipo juega como quiero, empieza a recuperar en el partido. El Oporto empezaba a recuperar con el balón y, en vez de acabar el partido cansados, muchas veces lo terminaban en pleno periodo de recuperación (...)".
10. Un método que sirve para la cantera. "(...) Los pilares concepto-metodológicos deben ser los mismos tanto en la élite como en la base. En el Oporto se reunió con los responsables de las categorías inferiores para explicarles que todos los equipos deben jugar igual (...)". En el Madrid hará lo mismo.
martes, 3 de agosto de 2010
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